martes, 23 de junio de 2009

"Los zapat0s magic0s"

Había una vez, en una ciudad muy bonita, llena de mucha naturaleza, con una diversidad de ecosistemas y lugares en donde divertirse, vivía una chica muy alegre, sonriente y llena de muchísimos amigos. Ella era muy feliz pues tenia todo lo que cualquier chica pudiera desear, una familia muy hermosa, grandes amigos, ropa, zapatos, accesorios de belleza, además de ser muy bonita e inteligente, también había viajado por todos los lugares que mas deseara conocer, en fin era sumamente afortunada.
Pero a pesar de saber que su vida era perfecta, constantemente su corazón se inundaba de una gran tristeza, pues sentía que algo le faltaba realizar, y eso era el sueño que desde pequeña mantenía, el cual era llegar a ser una famosa bailarina de ballet, al parecer ya lo había intentado todo por lograrlo, pero se rindió cuando le dijeron que no tenia los pies adecuados, ni el ritmo y flexibilidad corporal que se necesitaba para poder bailar y que por mas que lo intentara, no lo iba a lograr.
Un día, visitando su lugar favorito, se sentó a meditar que otra cosa tenia que hacer para lograrlo, pero le gano mas la tristeza y comenzó a llorar y llorar, no podía parar de hacerlo! cuando de repente se le acerca un chico, muy simpático, con una sonrisa extraordinaria y le limpio las lágrimas, diciéndole que no llorara mas, que el la ayudaría. Ella se llena de asombro al ver que de su mochila saca unos zapatos de ballet, preciosos, y resplandecientes!. El joven le dice que desde ese momento le pertenecían, explicándole también que eran unos zapatos mágicos, muy especiales, la única advertencia que le hizo es que tenia que creer en ellos y sobre todo en lo que ella misma podía hacer con ellos para poder lograr su sueño.
Sin pensarlo se dirigió al lugar donde siempre ensayaba, se puso los zapatos, e inmediatamente sintió que algo recorrió todo su cuerpo, inundando su corazón de alegría, comenzó a realizar cada una de las rutinas con mucho éxito, paso el tiempo, y su desempeño cada vez era mas perfecto, así que la eligieron para poder realizar papeles muy importantes en distintas obras que se presentaban en la ciudad. Era muy famosa como tanto lo había deseado, y nunca dejaba a sus zapatos, siempre los cargaba con ella pues verdaderamente creía que ellos eran mágicos.
Pero un día, al llegar a una gran ciudad, en donde tenia que presentar la obra mas importante de toda su carrera como bailarina, justamente unos minutos antes de salir al escenario, se dio cuenta de que no tenia sus zapatos, inmediatamente se lleno de angustia y desesperación, pues sintió que llegaba el fracaso de todo lo que había logrado. La llamada a escena estaba cada vez mas cerca, todo mundo le aplaudía para verla salir, pero ella no podía hacerlo, creía que si salía sin sus zapatos todo iba a ser un fracaso, en ese instante escucha la voz de aquel joven que le regalo los zapatos, cuando voltea el estaba ahí!!, y le dice que los zapatos nunca habían sido mágicos, sino que la magia consistía en que ella había creído en si misma, a pesar de lo que los demás le habían dicho, se atrevió a hacerlo y todo lo que logro fue porque su confianza fue mayor. 
Cuando ella escucho todo esto, se lleno de mas fuerza y valentía, atreviéndose a salir al escenario, bailando esa noche lo mas hermoso que pudiera hacerlo en toda su vida, pues confiaba en la pasión y entrega que ella llevaba por dentro. Así que ya lo sabes, aunque todo se derrumbe a tu alrededor, la fuerza y confianza que llevas dentro, nadie la podrá mover, pues eso es lo que te impulsara a seguir cada día, hasta llegar a cumplir el sueño que quizá parezca imposible y loco para los demás.

lunes, 22 de junio de 2009

LA LIEBRE Y LA TORTUGA


LA LIEBRE Y LA TORTUGA

En el mundo de los animales vivía una liebre muy orgullosa, porque ante todos decía que era la más veloz. Por eso, constantemente se reía de la lenta tortuga.

¡Miren la tortuga! ¡Eh, tortuga, no corras tanto que te vas a cansar de ir tan de prisa! Decía la liebre riéndose de la tortuga.

Un día conversando entre ellas, a la tortuga se le ocurrió de pronto hacerle una rara apuesta a ala liebre.

Estoy segura de poder ganarte una carrera, le dijo ¿A mi? Pregunto la liebre. Pues si a ti. Pongamos nuestra apuesta en aquella piedra y veamos quien gana la carrera.

La liebre muy divertida acepto, Todos los animales se reunieron para presenciar la carrera. Se señalo el camino y la llegada. Una vez estuvo listo, comenzó la carrera entre grandes aplausos.

Confiaba en su ligereza, la liebre dejo partir a la tortuga y se quedo remoloneando.

¡Vaya si le sobraba el tiempo para ganarle a tan lenta tortuga!

Luego, empezó a correr, corría veloz como el viento mientras la tortuga iba despacio, pero eso si, sin parar, enseguida, la libre se adelanto muchísimo. Se detuvo al lado del camino y se sentó a descansar.

Cuando la tortuga pasó por su lado, la liebre aprovecho para burlarse de ella una vez más. Le dejo ventaja y nuevamente emprendió su veloz marcha.

Varias veces repitió lo ismo, pero a pesar de sus risas, la tortuga siguió caminando sin detenerse. Confiada en su velocidad, la liebre se acostó bajo de un árbol y ahí se quedo dormida.

Mientras tanto, la tortuga seguía su camino hasta llegar a la meta. Cuando la liebre despertó, corrió con todas sus fuerzas pero ya era demasiado tarde, la tortuga había ganado la carrera.

Aquel día fue muy triste para la liebre y aprendió una lección que no olvidaría jamás. NO HAY QUE BURLARSE JAMÁS DE LOS DEMÁS. TAMBIÉN DE ESTE DEBEMOS APRENDER QUE LA PEREZA Y EL EXCESO DE CONFIANZA PUEDEN HACERNOS NO ALCANZAR NUESTROS OBJETIVOS.

martes, 16 de junio de 2009

Unas conductoras de cuidado!!




Era un domingo muy caluroso y se tenía planeado irnos de día de campo a puerto del aire, y así fue. Pero antes a mi papá se le ocurrió llevar su cuatrimoto para que nos divirtiéramos más. Todos mis hermanos y yo íbamos muy contentos pues nunca papá nos había querido prestar la cutrimoto hasta ese día. Any, Sandy y yo ya planeábamos lo mucho que nos divertiríamos.
Al llegar a nuestro destino lo primero que bajamos fue la famosa cuatrimoto; después ayudamos a bajar las cosas para realizar la comida. Después el primero en subirse fue Pepe mi hermano el cual nos enseño a mi y a mis hermanas a utilizarla. Mi papá nos proporciono cierto tiempo para traer de regreso la moto y así seguirse contal de que a todos nos tocara el mismo tiempo. Todo se nos hizo fácil y pues cada una a subirnos a la cuatrimoto y regresarla en el tiempo preciso. Ya teniendo confianza con la cuatrimoto (que por cierto se me apago como tres veces) me alejaba mas y mas de lugar donde estaba la familia y subía las pequeñas montañitas que había, se sentía estupendo!!
Después de pasar Any, Sandy y yo nos fuimos caminar un rato y platicando se nos ocurrió (a mi y a Sandy) juntar nuestro tiempo para así disfrutar las tres; Any como que no le agradaba la idea pues tenia miedo ya que Sandy y yo somos muy atrabancadas pero la convencimos; y así fue las tres nos subimos ala cuatrimoto la primera en manejar fui yo ,tras de mi iba Any y hasta el ultimo Sandy nos alejamos un poco mas de lo normal, de repente nos damos cuenta Any y yo que nos hacían señas una familia pero pues ni les hicimos caso pues ni los conocíamos. Después nos dimos cuenta que nos hablaban para decirnos que Sandy la cual iba atrás colgada de espalda; a nosotros nos dio mucha risa y estábamos atacadas de la risa pues Sandy se veía como una muñeca de trapo, pare la moto y ya se acomodo ; solo que hora a ella le toco manejar y yo iba hasta atrás, seguimos nuestro camino y vimos una vereda muy inclinada pero era propiedad privada estaba casi cerca de donde estaba toda la familia, le preguntamos a papá si podíamos entrar pues solo había un una cuerda interrumpiendo el camino y nos dijo que si pero con mucho cuidado.

Y pues ahí vamos las tres subíamos y bajábamos despacio pues a Sandy le costaba trabajo la subida de la moto y luego con nostras tres pues era mucho y decidimos cambiar, ahora le tocaba a Any pero no quiso pues aun no le agarraba la onda a la cutrimoto y pues yo tome su lugar, subimos varias veces normal, pero ya teniendo en cuenta que se nos terminaba el tiempo decidimos que esos último minutos los teníamos que disfrutar pues ya no nos iba a tocar mas tiempo y fue así. Decidimos meterle toda la velocidad a la moto para subir sin tanto esfuerzo y lo logramos solo que al momento de bajar la vereda iba a ser muy riesgoso ya que estaba muy empinada pero nonos importo y decidimos bajarla lo mas rápido posible y así se hizo, en ese momento se sentía una adrenalina muy intensa; ¡¡ era lo máximo¡¡ solo que no pude frenar en al momento y nos fuimos a estampar a un árbol, nos dimos un gran susto acompañado de un grito exagerado. La moto estampo en el árbol y nosotras en el suelo caímos de inmediato, papá llego a auxiliarnos muy espantado pero al momento de ver que estábamos bien y carcajeándonos de lo que había pasado nos puso ya regañisa que jamás olvidare y
desde entonces ya no nos ha vuelto a prestar su cuatrimoto!!.
Esta fue una experiencia inolvidable!!.